El carro autónomo cada vez es menos ficción

Conducción sin conductor. Suena paradójico, y hasta utópico e inimaginable. Pero no, la industria del automóvil avanza a pasos grandes en el tema y ya es posible avistar un futuro, de pronto no muy lejano en el que en el que el puesto del conductor en un automóvil vaya vacío, o por lo menos con una persona que puede tener sus manos ocupadas en otra cosa, menos en llevar el volante y la dirección del carro.

Hace algunas semana ya el fabricante Mercedes Benz presentaba su vehículo concepto autónomo el F015. Un carro estilizado, un diseño de alto lujo en el que incluso sus ocupantes encuentran la posibilidad de girar sus asientos para sostener reuniones, departir, tomar un café al interior del auto, mientras este los lleva al sitio determinado, sin que nadie esté pendiente del camino.

Pues otro alemán, Audi, tampoco se queda atrás en esto de pensar y presentar alternativas para la conducción sin conductor. Su apuesta más reciente y más lograda hasta el momento para avanzar en el desarrollo de esta tecnología es el Audi 7 Sportback, al que han llamado Piloted Concept Car.

Este es un auto un poco más “realista” en cuanto a su diseño y las opciones que ofrece en este momento de confort a bordo, un poco más como los autos hoy día; pero también con un desarrollo en cuanto a comandos y electrónica de avanzada.

Ya Audi se dio a la tarea de probar el carro en condiciones reales. En un recorrido de casi 900 kilómetros que abarcó desde Silicon Valley, en California, hasta Las Vegas.

“La prueba de conducción desde la costa oeste de California a Las Vegas demuestra nuestro papel de liderazgo en la conducción autónoma”, dijo Ulrich Hackenberg, director del Consejo de Desarrollo Técnico de Audi.

La idea de este recorrido era probar y demostrar que el carro puede desempeñarse de manera autónoma en las mismas condiciones que ruedan hoy día los carros en un tráfico normal.

El concepto libera al conductor de la función de manejar cuando rueda a una velocidad entre 0 y 110 kilómetros por hora. El auto, que ha sido cariñosamente llamado “Jack” por el equipo de desarrollo, puede iniciar los cambios de carril y maniobras de paso, así como puede acelerar y frenar de forma independiente. Antes de iniciar un cambio de carril a la izquierda o a la derecha, el vehículo adapta su velocidad a la de los vehículos a su alrededor. Si el cálculo de la velocidad y la distancia se consideran seguros, el vehículo inicia el cambio de carril con precisión.

Pero este concepto no prescinde totalmente del conductor en sus desplazamientos. En zonas urbanas, con un tráfico más denso el carro puede regresar a un modo de manejo tradicional en el que una persona desde su puesto de piloto controla la evolución de su manejo.

Antes de que el sistema de conducción autónoma llega a sus limitaciones, en los entornos de la ciudad por ejemplo, se pide al conductor tomar el control del vehículo para garantizar la seguridad adecuada. Múltiples señales de advertencia trabajan al unísono: color LED en la base del parabrisas, las señales en la pantalla de información del conductor, un indicador central de estado (CSI), así como un indicador de aviso acústico obligan al conductor a retomar el control. Si el conductor hace caso omiso de las señales, el sistema activa las luces de emergencia y lleva el auto a detenerse.