Malabaristas de datos

Entender el comportamiento de las comunidades virtuales de una compañía es esencial para un Community Manager, pero comprenderlo en números, saber en qué momento del día funciona mejor un post y por cuál red social, es el reto que se le plantea a este personaje, cuyo nombre podría mutar a Channel Strategist o Data Manager. 

En el Congreso Iberoamericano de Social Media, realizado en Cartagena en octubre de este año, se plantearon estos dos nuevos nombres para el Community Manager, dado que quien se dedique a gestionar las comunidades virtuales, debe replantear la forma en que está distribuyendo la información a través de estos espacios, entender qué tipo de contenido les gusta a sus audiencias y no caer en la saturación con contenidos similares que se distribuyen al mismo tiempo por todas las redes sociales que manejan.

Al respecto, Juan Andrés Ayala, Presidente de Ennova, quien propone el nombre de Channel Strategist, dice que lo hace en base a que ya no se trata solo de que esta persona distribuya información por Facebook y Twitter, redes que aunque son las más populares, ya no son las únicas, y con la alta difusión que tienen plataformas como Youtube, Pinterest e Instagram - por mencionar algunas - se hace necesario para una compañía tener presencia allí pero para prestarles atención especial a cada una de ellas.

“El CM en muchos casos se ha prostituido, pero de esto también tienen la culpa algunas empresas que contratan a cualquier persona que sepa manejar el mouse para que sea su Community Manager y las cosas no deben ser así. El tigre ya no es como lo pintaban”, precisa, y agrega que es necesario que esta persona sea un estratega enfocado a los canales de información que tenga una compañía puesto que las audiencias migran a cada tipo de plataforma por formatos: Snapchat, Tumblr, Pinterest.

Por su parte, David Uribe, Director Creativo de Asylum Marketing, propone pasar del Community Manager al Data Manager, alguien que interprete el comportamiento de las audiencias y los traduzca en números para hacerlo medible, pues lo que no se mide no funciona.